Esa huella que dejamos cuando caemos en el juego del otro, o esos modelos de atribución que marcan el camino de un cliente satisfecho y un empresario más poderoso...
Así se llama el libro que un leí (me comí) cuando ya había hecho un curso de Community Manager y entraba apenas en la parte de analítica de los entornos sociales y web. Este pequeño libro ilustró perfectamente lo que me apasiona del mundo digital y es que al final el trabajo de analítica no es más que eso: ser cómo ese pequeño detective que busca, enlaza y arma a través de huellas digitales lo que hicieron las personas o antisociales para concretar un crimen o una compra o una conversión.
Justo eso es lo que no ven muchas agencias de mercadeo digital cuando solo buscan entregar un reporte a sus clientes, es decir, es como si te compraras el teléfono móvil de más alta tecnología y solo lo utilizaras para jugar sudoku.
Entonces, hay que valorar cada área de una empresa y utilizarla para lo que es, porque tiene su encanto y utilidad.
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